Transición democrática
En la jornada electoral reciente se impuso la civilidad política entre los contendientes y la figura del candidato independiente se tendrá que replantear en un futuro próximo: Por el desgaste que implica.
Un signo alentador de que se transita hacia una vida democrática y de tolerancia en un país en donde en las últimas elecciones se había dado la confrontación y la división, enmarcada en una guerra sucia entre los adversarios.
Los debates transmitidos por diversos medios, con tiempos y temas específicos abonaron a esa transición pacífica del poder, por lo que, por el momento, queda descartada como opción una segunda vuelta, como ocurre en otras latitudes.
La población salió a emitir su voto y éste fue suficiente para una nueva alternancia en el poder y la reconfiguración del mapa político, donde todos tuvieron las mismas oportunidades de ganar.
Una elección con otros rostros en la política, lo que implica la búsqueda de nuevos derroteros. Y otras formas de hacer política: Más allá de publicidad, mítines y reparto de prebendas, como se había realizado.
Los candidatos ganadores emergieron de la nada y con recursos limitados y fiscalizados, el gran reto ahora es: Consolidar en el mediano plazo la democracia participativa a la que todos aspiramos.
Han sido años de esfuerzo y de sinsabores para muchas familias. Ciudadanos que se sienten satisfechos porque su voto fue valorado por las instituciones que también han salido fortalecidas por los resultados de esta jornada electoral.